El estudio de los insectos y otros artrópodos, su taxonomía, distribución geográfica y su ecología, ha probado ser de utilidad en las ciencias forenses, debido a su correlación mediante la determinación del intervalo postmortem mínimo, traslado de mercancía ilegal, traslado de un cuerpo, infestación de los alimentos o de las estructuras, las plagas urbanas, entre otras. En cualquier caso, la identificación clara de la evidencia es necesaria, ya que un informe de expertos adecuado, depende del conocimiento preciso de las especies que estaban involucrados en cada caso, por ello se hace necesario que el entomólogo forense tenga que ser un experto taxónomo en los grupos de insectos que se desarrollan a expensas de los cadáveres, ya que de su capacidad para lograr la exacta identificación taxonómica de los animales, inmaduros y adultos, que medran en el cuerpo en descomposición (o en los restos de aquel), depende el éxito de la investigación, por ello el uso de claves taxonómicas, técnicas moleculares, entre otras, para la correcta identificación se hace cada día mas común, sin embargo esta ultima con un costo asociado, mientras que las claves taxonómicas muestran cierto grado de complejidad para una persona que no este relacionada al área; a su vez conocer si esta especie identificada presenta un dimorfismo sexual que puede ocasionar confusión en un investigador novato.
Convencionalmente, las especies de interés forense (larvas) son casi imposibles de identificar y requieren personas muy entrenadas para identificar caracteres específicos como espiráculos posteriores, esqueleto cefalofaríngeo, por ello el entomólogo forense tiende a criar a la larva hasta el estado de adulto, el cual se identifica por características morfológicas externas, tales como presencia y número de cerdas, patrones de coloración en el cuerpo, venación del ala, entre otras; sin embargo evidenciar cada carácter es necesario utilizar las técnicas microscópicas.
El uso de la lupa estereoscópica y microscopio óptico pueden ser útiles para tener una visión general de huevo, larvas, pupas y adultos, logrando una identificación mediante el uso de estructuras grandes, como espiráculos, esqueleto cefalofaríngeo, entre otras, sin embargo identificar huevo y larvas del estadio I y II, son por lo general mal identificadas. Esto implica dos problemas taxonómicos, el primero se refiere al hecho de que la descripción general del organismo mediante el uso de la lupa estereoscópica solo permite distinguir las especies morfológicamente muy diferentes y sólo en las ultimas etapas del ciclo de vida o en segundo lugar, la microscopia de luz no permite conectar la secuencia de crecimiento larval estadio I y estadio III, al menos que se cría en el laboratorio, porque esta técnica no permite una buena discriminación de los caracteres morfológicos de importancia taxonómica. Por lo tanto el microscopio electrónico de barrido (SEM), esta siendo utilizado cada vez más con el fin de identificar especies con mayor detalle, independientemente de la etapa y al conexión de las etapas del ciclo de vida de la mosca, sin tener la necesidad de criarla en el laboratorio, aunque esta técnica proporciona una visión general de la morfología del insecto, presenta desventajas, las cuales se debe por su alto costo y la preparación previa del material a estudiar.
La microscopia electrónica busca establecer caracteres consistentes de fases larvarias que serán de utilidad para la rápida identificación, y determinar si los caracteres distintivos indicados pueden ser debidamente observados en microscopio óptico, ya que esta sería una manera más rápida para obtener resultados oportunos para fines forenses.
Referencias bibliográficas
Magaña, C. & J. Prieto. 2009. Recogida de muestras para estudio entomológico forense. Rev. Esp. Med. Legal. 35(1): 39-43.
Sukontason, K., K. Sukontason & S. Piangjai. 2003. Scannig electron microscopy of third-instar Sarcophagid (Diptera: Sarcophagidae) recovered from a mummified human corpse in Thailand. Rev. Inst. med. Trop. S. Paulo. 45(2): 95-98.
Ubero, N., I. Arnaldos, R. López & M. García. 2010. Microscopy and forensic entomology. Microscopy: Science, Technology, Applications and Education. 1548-1556.
No hay comentarios:
Publicar un comentario